El enigma de los agujeros negros supermasivos
13 de mayo 2024
La mayoría de las galaxias masivas -incluida la Vía Láctea- tienen en su interior un agujero negro supermasivo con una masa millones de veces superior a la del Sol.
Se cree que los agujeros negros supermasivos han tenido un gran impacto en la evolución de las galaxias en las que residen pero los científicos aún no comprenden bien cómo llegaron a ser tan masivos.
Encontrar agujeros negros gigantescos ya en los primeros mil millones de años tras el Big Bang indica que ese crecimiento debió producirse muy rápidamente y muy pronto.
Ahora, las nuevas observaciones del Webb han aportado pruebas de una fusión en curso de dos galaxias y sus enormes agujeros negros cuando el Universo tenía solo 740 millones de años. El sistema se conoce como ZS7.
Los agujeros negros masivos que acumulan materia de forma activa presentan características espectográficas distintivas que permiten a los astrónomos identificarlos. En el caso de las galaxias muy lejanas, como las de este estudio, solo pueden observarse con Webb.
“Encontramos evidencias de gas muy denso con movimientos rápidos en las proximidades del agujero negro, así como gas caliente y altamente ionizado iluminado por la radiación energética que suelen producir los agujeros negros en sus episodios de acreción”, explica la autora principal, Hannah Übler, de la Universidad de Cambridge (Reino Unido).
“Gracias a la nitidez sin precedentes de sus capacidades de imagen, Webb también permitió a nuestro equipo separar espacialmente los dos agujeros negros”.
El equipo descubrió que uno de los dos agujeros negros tiene una masa 50 millones de veces superior a la del Sol.